La cultura del cine en Argentina es rica y variada, y ha evolucionado considerablemente desde sus inicios a principios del siglo XX. La producción cinematográfica en el país comenzó en 1896, poco después de la invención del cine, con cortometrajes que eran en su mayoría documentales y registros de eventos. Rápidamente, empezaron a surgir las primeras ficciones, y durante las décadas de 1920 y 1930, el cine argentino se consolidó con la llegada del cine sonoro. Películas como "La guerra gaucha" (1942) se volvieron emblemáticas, reflejando la identidad nacional en un periodo conocido como la "Época Dorada" del cine argentino, caracterizado por grandes producciones y el surgimiento de estrellas.
En los años 60 y 70, el movimiento del "Nuevo Cine Argentino" emergió como un intento de romper con las convenciones de la industria. Directores como Fernando Birri y Tomás Alía exploraron temas sociales y políticos en un contexto de agitación y cambio. Durante la dictadura militar (1976-1983), el cine se convirtió en un medio de resistencia, enfrentando la censura y la represión, con obras como "La historia oficial" (1985) que abordaron los horrores del pasado reciente.
Desde los años 2000, un nuevo movimiento ha tomado fuerza con películas como "El secreto de sus ojos" (2009), que ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera, y "Relatos salvajes" (2014), que se convirtió en un fenómeno de taquilla. Este renacer del nuevo cine argentino es notable por su diversidad de géneros; desde dramas y comedias hasta documentales y thrillers, hay una gran variedad que refleja las complejidades de la sociedad argentina. Directores como Lucrecia Martel, Damián Szifron y Pablo Trapero han explorado una amplia gama de temáticas.
Las producciones argentinas han sido reconocidas en festivales internacionales como Cannes, Berlín y Venecia. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina también juega un papel crucial en la promoción del cine local. A menudo, el cine argentino aborda problemáticas sociales, políticas y culturales, convirtiéndose en un espejo de la sociedad y explorando la identidad nacional y la memoria histórica.
Con la llegada de plataformas de streaming, el cine argentino ha encontrado nuevos espacios de difusión, permitiendo que obras menos convencionales lleguen a audiencias más amplias. Sin embargo, esto también presenta desafíos en términos de distribución y sostenibilidad. En resumen, la cultura del cine en Argentina es un reflejo de su historia, su identidad y su diversidad, y a través de sus películas se pueden apreciar las historias y luchas de su pueblo, así como la riqueza cultural que hace del cine argentino un fenómeno único en el panorama cinematográfico global.